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Chile, día 22: #noestamosenguerra

10 noviembre 2019

Día 22 del estallido social que ocurrió en Chile a partir del día 17 de Octubre cuando desde la tele miraba quemarse las estaciones del metro y la gente en la calle, desatada, enojada y la policía impotente frente a esta sorpresa.

El viernes 8 de noviembre nuevamente la Plaza de Italia vuelve a brillar, a pesar y tal vez justo por las represiones, los secuestros, las amenazas de violación, los golpes y las torturas a personas que estaban manifestando pacificamente y haciendo memoria de los muertos de esta rebelión.

Brilla la esperanza en las voces de la gente que está ejerciendo la libertad democrática de manifestarse pacificamente y que hasta ahora ha recibido lacrimógenos, golpes, tanques de agua, disparos, violaciones y torturas por haberse hecho cargo de expresar sus necesidades y sus anelos a una vida mejor.

Cierta población confunde la intención de inmovilizar el país con hacer saqueos y quema de edificios institucionales, símbolos de un sistema que no funciona. Es así que se saquean los supermercados de las comunas más pobres y se quema una céntrica universidad privada. Estos hechos están aconteciendo ahora mismo en el Oasis de Sur América, como el actual presidente Sebastian Piñera defino a Chile hace apróximadamente un mes.

Son evidentes las manipulaciones que se están poniendo en marcha de parte de los poderes, para provocar que la población se empieze a pelear entre sí. Grupos de vecinos de los barrios altos bajan a la calle con sus chalecos amarillos para que los reconozcan como grupo que pretende ayudar a mantener el orden. Quién los estará mandando o apoyando? Pero el pueblo chileno hoy no está dividido y los poderes políticos, económicos y militares están poco a poco dejando solo al presidente Sebastián Piñera en su intento de no escuchar las demandas sociales de un nuevo orden económico.

Este gobierno ha demostrado no saber leer ni gestionar los hechos ocurridos y que están ocurriendo en todo Chile. Lo que este presidente ha hecho es: 1- Represión constante y dura a lo largo de las últimas tres semanas; 2- Respaldo a un órgano que ha violado los derechos humanos (policía y militares); 3- Tener infilitrados entre las fuerzas del orden para que alimentaran el saqueo y la violencia; 4- Tratar de calmar a la población con migas (agenda social propuesta por el gobierno); 5- Querer apropiarse del éxito de la marcha más grande como si ésta marcara un final feliz; 6- Gaber “renovado” el gabinete repartiendo las cartas sin mezclar el mazo; 7- Tratar de pintar la cara de “normalidad” a través de la programación de tele con serie y novelas en lugar de seguir mostrando las movilizaciones; 8- Empezar una verdadera caza al hombre en relación a los que han ejercido delincuencia destruyendo bienes públicos (sin embargo, por otro lado no están saliendo nombres de carabineros y militares perseguidos por la justicia por violaciones de derechos humanos); 9- Haberse reunido con el Consejo de Seguridad Nacional y el paquete de nueve medidas ejecutivas que van a recrudecer la represión como ley anti-saqueo, proyecto de ley contra encapuchados y otra ley que endurece sanciones para quienes enciendan barricadas en las calles; creación de un equipo especial de abogados para perseguir delitos de desórdenes, estatuto especial para la protección de policías y modernización del sistema nacional de inteligencia. Nada de medidas contra la corrupción, de reformas en el ámbito educativo y de salud y ni se mencione la reforma de la constitución.

Y mientras la Comisión para los Derechos Humanos de la ONU ha solicitado el gobierno a suspender el uso de bailenes de goma por parte de la policía, el presidente del interior declara que esto no pasará y el día 9 noviembre un joven de 21 años pierde la vista de ambos oos a causa de disparos con proyectiles de goma de parte de la policía.

El ministro del interior Blumel afirma en un programa televisivo nacional que no es casualidad que 60 estaciones de metro hayan sido atacadas en tan breve tiempo y que debe haber alguna articulación detrás. Por otro lado, si se consideran las 197 personas con heridas oculares, el mismo gobierno afirma que no se puede hablar de violencia generalizada, sino exclusivamente de casos puntuales.

El lunes 11 de noviembre en la comisión constitución en parlamento se votará por el plebiscito propuesto para el 15 diciembre. Martes 12 de noviembre, huelga general masiva. Con o sin la renuncia del presidente Piñera, el proceso constituyente se está llevando a cao por parte de la ciudadanía auto-organizada, los movimientos sociales, las universidades y parte del parlamento y del senado. Quedan por entender cómo se están moviendo los grandes empresarios que tienen la economía del país en sus manos.

Hoy el presidente y algunos ministros del actual gobierno se han declarados disponibles a una revisión de la Constitución, con la modalidad de Congreso Constituyente, con amplia participación de la sociedad civil (así declara el presidente) y un plebiscito de aprobación de las reformas a la constitución. Mientras tanto, los partidos de oposición, algunos alcaldes visionarios y los movimientos sociales piden plebiscito para el 15 diciembre para votar libremente en favor de una reforma constitucional de parte del poder político o en favor de una asamblea constituyente, opción esta última que es la más apoyada en todas las manifestaciones.

Mientras tanto, en los países al lado se ha declarado inocente el ex presidente de Brasil Ignacio Lula Da Silva, después de 580 días de cárcel injusto y se ha desatado un golpe de estado en Bolivia, en ocasión de la cuarta reelección del presidente Evo Morales, primer presidente indígena que ha aportado profundas reformas en el país de cara a otro modelo de desarrollo, obligado a la reununcia por chantaje a las familias de ministros y a ataques a la población por parte del ejército.

Fuentes:

* https://www.elesquiu.com/internacionales/2019/11/7/pinera-anuncio-nuevas-medidas-para-aumentar-el-control-del-orden-publico-340345.html

* https://www.biobiochile.cl/noticias/nacional/chile/2019/11/10/gobierno-confirma-proceso-para-una-nueva-constitucion-a-traves-de-un-congreso-constituyente.shtml

* https://www.eldesconcierto.cl/2019/11/10/gonzalo-blumel-por-peticion-de-prohibir-balines-hay-que-ser-muy-cuidadosos-al-introducir-cambios-que-pueden-terminar-en-mas-violencia/

* Instituto Nacional de Derechos Humanos – Chile


Chile para un nuevo pacto social. Asamblea constituyente, ya!

4 noviembre 2019

Hace más de dos semanas Chile se encuentra en una situación de crisis, así la llaman los políticos y los conductores de televisión. En realidad la crisis tiene raíces mucho más profundas y hace 17 días en todo Chile ha estallado la revolución y todavía sigue.

Quien vive cerca de Plaza Italia, punto nevrálgico de la ciudad para toda manifestación pública, sea de fútbol, de fin de año o -como en este caso- para reclamos sociales, afirma que todos los días la plaza está bastante llena de gente, sobre todo entre las cinco y las siete de la tarde.

Se supone que, después de la quema de cinco estaciones de metro y del daño provocado a más de otras cuarenta, esto iba a volver a la normalidad, como ha intentado que sucediera el gobierno, para retomar la calma y el orden que hasta el momento habían reinado.

En realidad este orden no había funcionado o, por lo menos, no de manera satisfactoria para mucha población. La carga insormontable del costo de la vida, sin un Welfare State real y eficaz fue el camino que llevó a esta rebelión.

Las “Revolución de los treinta pesos” parece la Couna de París. Viviéndolo desde cerca, te sientes como parte de un libro de historia. Tienes la sensación de que situaciones como la que finalmente se ha generado son dignas de ser contadas entre los acontecimientos más importantes de la historia de un país y de un continente.

Las manifestaciones masivas siguen ahora más organizadas que antes, con gremios, grupos de mujeres, activistas para los derechos humanos, empleados del sector de salud, estudiantes universitarios, entre otros, que ponen fecha, hora y lugar a sus marchas. Las personas quieren participar, pero tienen que vivir y trabajar también. Por eso tratan de organizarse para poder estar, sobre todo a partir de las cinco de la tarde, se supone terminada la jornada laboral. Pero manifestaciones siguen también en las mañanas frente a La Moneda y los grupos artísticos se han organizado en tiempos record con conciertos en los parques más grandes y en las comunas más activas como Recoleta, Quilicura, Parque O’ Higgins. Allí los jóvenes y las familias participan aplaudiendo a grupos musicales y artistas profesionales y callejeros que mueven motivación para el cambio social. Son muchos los grupos que durante la dictadura seguieron con un mensaje fuerte de liberación, de igualdad, de derechos, de humanidad, de memoria, tanto en Chile como exiliados. Hoy muchos de esos grupos retoman los escenarios, junto a la nueva generación de artistas, para unirse en un único canto, llevando a nueva vida las canciones de Víctor Jara, de Los Prisioneros y de los Inti-Illimani.

Desde los medios de comunicación parece que todos están condenando la violencia, tanto de Estado perpetrada a través de Carabineros y Ejército, como de la población civil hacia bienes públicos y privados, como paradas de transporte y saqueo y quema de grandes supermercados, bancos y hasta pequeños negocios, algunos de los cuales producto de lacrimógenos lanzados sin mira y sin pensar en las consecuencias.

El lunes pasado llegó la Delegación de Derechos Humanos de la ONU, presidida nada más que por la ex presidenta de Chile Michelle Bachelet. La mala cara que dio Chile hacia el mundo salió, más o menos verificada, en muchos medios de comunicación internacionales, sobre todo después de la decisión de anular la COP25 y la APEC que tenían que darse en los meses de noviembre y diciembre en Santiago de Chile. Esto significó una gran señal hacia el mundo y particularmente hacia los países participantes en esas cumbres que tuvieron que enterarse y dejar de hacerse los locos frente a un cambio de sede de Santiago a Madrid, como en el caso de la COP25.

Los abusos por parte de militares, en Estado de Emergencia, y de Carabineros luego, fueron grabados por numerosas cámaras de celulares de los mismos manifestantes y de vecinos. Como también se grabaron accidentes y saqueos. Gracias a estos videos se están haciendo averiguaciones para encontrar a los responsables de cada acto de violencia. Y si la sociedad civil denuncia de esa manera los abusos, las torturas, los secuestros en la calle y en la casa, las violaciones sexuales y no sexuales, los asesinatos y los heridos por parte de las fuerzas del orden, por su lado el Gobierno muestra en los telediarios como está minuciosamente buscando y encontrando a los delincuentes que han prendido fuego a las estaciones de la metropolitana etc. Ninguna señal de distensión, en cuanto esto demuestra como el Gobierno sigue viendo de manera dualística “nosotros” y “ellos” la realidad. Pero de qué estamos hablando cuando reiteran que están pillando a los vándalos delincuentes? Se está leyendo la realidad con espejuelos que permitan entrar en la profundidad de los hechos, o nos estamos quedando con los presos, la justicia resolutiva para cerrar el caso?

La población pide claramente una nueva Constitución a través de un proceso de asamblea constituyente y la renuncia del presidente Sebastián Piñera. El Gobierno responde con limitadas reformas que van a congelar el precio del transporte, a aumentar el salario mínimo, a reducir a 40 las horas de trabajo semanal, a aumentar las pensiones. Nada de lo que la población pide. La agenda social propuesta por el presidente y por el nuevo gabinete recién estrenado con un reemplazo de ministros viejos y nuevos no es suficiente, así la cataloga la oposición, donde se encuetran el Partido Comunista, el Partido Socialista, La Democracia Cristiana, el Partido Humanista y el Frente Amplio. Las entrevistas en la televisión hablan de violencias por uno y por otro lado y las fuerzas del orden empiezan a sacar ellas también cifras de los carabineros heridos por pedradas (difícil explicar como ya que estaban todos en uniforme antidisturbios) y cifras sobre el daño ocasionado a nivel económico por la estrucción de bienes públicos. Nuevamente difícil de comparar las pérdidas en ámbito estructural con los con 20 muertos, 160 personas con heridas oculares, 1.659 personas heridas en los hospitales1, 181 acciones judiciarias, de las cuales 19 por violencia sexual, 5 por homicidio y 133 por otras torturas. Hemos visto periodistas argentinos golpeados en la cabeza por lacrimógenos durante la directa tv, otros periodistas argentinos que venían a cubrir los acontecimientos que trataron de bloquear y deportar en el aeropuerto y hasta un observador del Instituto Nacional de Derechos Humanos que ha sido golpeado por balines de goma en siete puntos mereciendo ser trasladado al hospital. El miedo de ser secuestrada y torturada por la policía simplemente por estar caminando en la calle creo que nos ha tocado a todas las chicas y los chicos que en estos días se han encontrado cerca de las manifestaciones. Pero los mismos han demostrado que el valor es más grande de los lacrimógenos que jóvenes valientes devuelven a la policía. Son los famosos encapuchados que hoy no son en realidad otra cosa que ciudadanos que tratan de respirar (por esto se tienen que cubrir la cara) y que permiten que los demás se puedan manifestar en paz. Mientras los políticos piden que la población solicite los regulares permisos para las manifestaciones y ocupación de suelo público, en realidad nos encontramos dentro de una revolución y las revoluciones no piden permiso.

Y justo de esto hablan los que ya tienen entre los cincuenta y sesenta años que han vivido la brutal represión de la dictadura. “Estos jóvenes no tienen miedo. Les da igual el toque de queda. Se juntan igual” sostiene un periodista reconocido. “En dictadura nosotros veíamos e la ventana a dos o tres jóvenes prendiendo un fuego en la calle o haciendo una mural de denuncia, llegaba la policía y los mataba allí mismo”. Sirve de desahogo este momento, para que las personas cuenten sus vivencias cuando antes, en dictadura, no las podían contar por miedo a ser matados. “Aquí en el río Maipo y también en el río Mapocho de repente aparecían muertos a los dos o tres días de haber sido matado con manos y pies amarrados con alambre. Obviamente aparecían hechos pebre. Pero era como un sueño, como si no hubiese pasado, porque nadie se atrevía ni siquiera a comentar el hecho” cuenta un habitante de la Región Metropolitana, de casi sesenta años. “Cuando detenían a gente en la calle, nos asomábamos detrás de la cortina para ver qué pasaba. Pero nadie decía nada. No se podía comentar. La gente simplemente desaparecía”. Y de nuevo, “Yo recuerdo La Alegría Ya Viene y todo el movimiento que se montó cuando hubo el pebiscito. Creo que fue el día más lindo de mi vida cuando ganó el NO. Era volver a respirar. Había esperanza. Pero al final, te podías reunir y podías hablar, pero no cambió nada. Siguieron los mismos de antes”.

Se habla de una nueva dictadura refiriéndose al sistema de capitalismo extremo planteado en Chile a partir de la época de Pinochet y que no ha sido cambiado por ningún otro gobierno de la democracia. La gran delusión no es hacia un partido político en particular, sino hacia toda la clase política que se ha vendido, que ha negociado los derechos del buen vivir.

El nuevo pacto social del cual tanto se habla en la televisión podría fácilmente convertirse en otra negociación. Frente a la crisis de legitimidad que Chile está viviendo y que ya se había manifestado en las últimas elecciones donde fue a votar menos del 50% de la población, el pueblo chileno responde con prácticas participativas de base, a través de cabildos abiertos, autogestionados y sin un líder. Esto es lo que más llama la atención de todo este movimiento: quién está detrás? Quién está maniobrando esto? En las manifestaciones y en los cabildos no hay banderas de partido. Se habla como pueblo. Nadie tiene el derecho de apropiarse de las reivindicaciones sociales de la población. Mesas de género, medioambiente, trabajo etc. son sólo algunas de las que han profundizado propuestas que el día 7 de noviembre confluirán en un documento nacional que recoge los resultados de los cabildos abiertos de toda la nación y que posiblemente será usado para sentarse a la mesa con el poder político en las varias mesas de diálogo que desde el ministerio del interior se están activando. Este proceso participativo es muy relevante en una sociedad que ha sido anulada a nivel de aglomeraciones sociales durante la dictadura y que después han sido reactivadas de manera institucional sin espíritu de representatividad de la gente para exigir derechos y ejercer una función social de despertar mentes críticas y ciudadanos activos.

La situación que Chile está viviendo es ejemplificativa de una sociedad que, de cierta forma, refleja las dinámicas mundiales: un pequeño porcentaje de ricos que tienen y detienen el poder y los medios y una gran clase pobre, con un cojín de clase media sujetible a bajar fácilmente en la pobreza o endeudada para poder vivir, con un modelo económico que impulsa el querer ser todos como el pequeño porcentaje de ricos. El estilo económico Friedman y la libertad total del sistema económico del Estado. Éste es el camino que se ha desarrollado en Chile, gracias a ingerencias externas y que hoy en día vive una revuelta interna muy significativa. Los grandes cambios que se espera se realizarán en el mediano plazo influirán los países cercanos ya que Chile era considerado un líder hasta el momento a nivel de estabilidad y progreso. Y si Argentina acaba de volver al peronismo de los Fernández, Perú se encuentra fiscalizando gran parte del poder político, Ecuador está saliendo ahora de un clima de tensiones, revueltas y represión al pueblo indígena y a varios sectores de la sociedad, Bolivia con reclamos para la cuarta elección consecutiva de Evo Morales y Brasil en manos a un presidente que considera los defensores de la Amazonía y de los pueblos originarios como enemigos del progreso y deja que se quemen hectareas y hectareas de foresta para recursos extractivos y para ganado, además de armar el pueblo e impulsar a los asesinatos de los líderes populares.

Finalmente, serán tomadas en consideración las propuestas que la población está llevando al ejecutivo? Se logrará una acusación constitucional contra a un presidente que, a pesar de tener sólo el 14% de apoyo de parte de los electores, decide no renunciar? Qué tipo de diálogo este Gobierno será capaz de instaurar con las instancias sociales? De resultar insatisfactorio este último aspecto, fácilmente la población podrá volver a manifestarse con la misma intensidad que ahora sabe de poder manejar.

1Datos INDH, 4 Noviembre 2019


Chile: el pueblo no se cansa. No a las migas, sí a un cambio estructural. Asamblea Constituyente ya!

28 octubre 2019

El centro de Santiago es una nube de humo entre los rascacielos y edificios administrativos, de negocio y residenciales. Imágenes surreales para un país que hasta hace 10 días parecía la nación más estable de todo Suramérica.

Los manifestantes se autoconvocaton para las jornadas de hoy y de mañana, frente al Palacio de La Moneda. Han invadido las calles de manera pacífica y luego algunos han prendido fuego en algunos puntos clave como dos estaciones clave del metro y dos instituciones de salud. La institucionalidad tiene miedo y se queda encerrada en sus sedes, después de haber anunciado el cambio de gabinete y haberse renovado con algunas caras más jóvenes y, teoricamente, limpias o que, por lo menos, no ha tenido que portar el peso de ser prófugo de la justicia como el actual presidente.

En nel día de ayer, el presidente ha levantado el estado de emergencia y el toque de queda en todo el país. Las escuelas retoman su horario normal. A pesar de esta medida, la corporación educacional de la ciudad de Concepción y varias universidades del país deciden que no se puede retornar a la normalidad hasta que esto haya econtrado una solución. Los medios hablan mucho del “retorno a la normalidad”. El gobierno piensa que esto es lo que quiere la gente, pero las marchas y las protestas afirman lo contrario. La programación televisiva hace un intento para retomar su habitual programación, pero ya en el día de hoy vuelve a cubrir los hechos eclatantes que están aconteciendo en estos momentos.

El presidente no puede sacar nuevamente los militares a la calle, mucho menos ahora que llegó la Comisión de Derechos Humanos de la ONU. Cómo gestionará el malestar que sigue manifestándose con potencia en las calles? Los principales puntos nevrálgicos de la capital están llenos de personas protestando por como el presidente se está burlando de la población, hablando de “alivio” en sus discursos, refiriéndose a las medidas express planteadas por el gobierno. Discurso que mantiene el actual sistema capitalista como marco de referencia y regala aumentos en pensiones y congelamentos de algunas tarifas básicas: migas que mantienen al pueblo de rodillas.

Otra estrategia que está usando el gobierno en sus discursos es la apropiación de los méritos de la más grande y pacífica marcha realizada en Chile (más grande de la marcha del NO, en 1988) y la toma de tiempo para poner en práctica un presunto cambio, hasta que el pueblo se canse de exigir. Sí, porque este pueblo chileno de 2019 no está pidiendo, está literalmente paralizando el país y exigiendo los cambios que la transición post-Pinochet no fue capaz de hacer, porque entre todos los partidos que en aquella época estaban en el poder se repartieron la torta.

Algunos de los que tienen más de 50 años y han resistido a la dictadura dicen que para un cambio sustancial hay que parar el país. Y esto es lo que está pasando en estos momentos en Chile.

Desde la Cámara de Diputados, una de las exponentes más coherentes del Frente Amplio, Pamela Jiles, llamada “La abuela”, por como se dirige a sus electores como si fueran sus nietos, comienza la cruzada para la acusación constitucional al presidente, por haber infringido la Constitución sacando a los militares a la calle contra una población desarmada y ser responsable de la violación de derechos humanos de su pueblo, perpetrados concretamente por los militares: secuestros, torturas, violaciones y asesinatos. Hasta hoy, con un arduo trabajo, se han alcanzado 15 firmas entre los representantes del Partido Comunista, Frente Amplio y otros partidos minoritarios (todos de la oposición). Una vez aprobada, la acusación constitucional debe recibir los votos a favor de dos tercios del Senado. Ésta parace hoy “la única posibilidad institucional para la saluda de la crisis”, sostiene Pamela Jiles. A ésa, seguiría la formaciónd e una asamblea constituyente. Mientras tanto, se están realizando cabildos abiertos desde las Comunas más chicas hasta las más grandes, con un eje de difusión nuca visto antes. Cacerolazos espontáneos en cada cruce, marchas autoconvocadas, memoriales para las víctimas de la represión en menos de una semana se está articulando en el país más largo de América Latina un proceso participativo espontaneo sin antecedentes.

Santiago está en llamas. Antofagasta tiene los accesos a la ciudad cerrados por barricadas, organizadas con el apoyo de camiones. Concepción está con barricadas y tiendas quemadas. Valparaíso ayer fue protagonista de la marcha pacífica más grande que haya visto hasta ahora, desde Viña del Mar hasta la capital de la Quinta Región, con la participación de muchísimas familias.

Tanto en Valparaíso como en Santiago, las fuerzas del orden tratan de detener la llegada de los

manifestantes armados de fruta podrida y huevos, o simplemente caminando hacia los palacios símbolo de la institucionalidad, como los tribunales y los palacios de gobierno y lo hacen con agua y lacrimógenos. El vicepresidente del colegio médico da la noticia de que llegan más de 12 personas al día con trauma ocular severo, por los balines y lacrimógenos que hemos visto en muchos videos disparar a la cabeza de periodistas o a altura cara de los manifestantes.

A éstos se agregan los 20 muertos que esta rebeldía y su represión ha provocado hasta ahora.

Éstas son las cifras oficiales a hoy, pero como siempre la realidad supera la ficción. Y todavía hay personas que no aparecen.

Las personas directamente afectadas están intencionadas en hacer su denuncia y que se persigan los responsables. Muchos abogados y profesores universitarios están trabajando gratis para respaldar estos casos.

Se cierra así la décima jornada de lucha de masa para la reforma estructural de uno de los países más capitalistas de Suramérica. Todo esto increiblemente sin banderas de partidos ni de movimiento socoales, en una manifestación que representa al pueblo.

La situación económica y el malestar.

El sistema pensionístico actual es individual y da a las así llamadas AFP (administradoras de fondos de pensiones) un porcentaje del sueldo de cada trabajador que las mismas pueden invertir en lo que desean, sin tener que rendir cuenta a sus asociados. Si tienen pérdidas en este capital, no son consideradas responsables. Actualmente sólo quien está enfrentando una enfermedad terminal, puede rescatar su fondo, según lo que ha versado en impuestos a lo largo de su vida laboral. Las pensiones tienen un mínimo de 140.000 pesos (cuando el sueldo mínimo es de 301.000 pesos, equivalente a menos de 400 euro en un país caro casi cuanto Italia).

La salud pública prevé un ticket y todo él que puede se anota a una ISAPRE (Instituciones de Salud Previsional). Éstas son privadas y cobran un 10% del sueldo. Sin un trabajo fijo, l ainscripción voluntaria a una ISAPRE para una mujer de 37 años, en salud, se ubica alrededor de los 300 euro mensuales, inalcanzable por cualquiera.

Tanto las AFP, como las ISAPRE se formaron entre 1980 y 1981, como ejecución práctica de la constitución firmada en 1980, bajo dictadura.

Los 30 pesos de subida del metro fueron la chispa que hizo explotar el malestar, tocando directamente a toda la clase trabajadora y a los estudiantes universitarios en particular, cuando la Universidad Pública tiene una tarifa mensual que equivale aproximadamente al sueldo mínimo.

A pesar de todo este sistema que aumenta cada año más las desigualdades, las nuevas generaciones se forman y estudian y pudieron desarrollar una consciencia social crítica que les ha permitido llegar a los reclamos de hoy.

A todo esto se suman los saqueos del agua de parte de las grandes empresas para la producción de aguacate y otras producciones además que para la explitación minera e hidroeléctrica que, dada la escasez de agua, llegan a perforar montañas con glaciares que se están derritiendo.

Las luchas actuales de un pueblo instruido son contra el TTP (Tratado Transatlántico sobre Comerico e Inversiones) que vincularía la economía del país al respecto de acuerdos que no permitirían un desarrollo sostenible y para todos, contra el sistema que la dictadura ha dejado instalado y que, desde la transición, no ha sido tocado. Se habla de suspender la COP25, prevista para Noviembre en Santiago de Chile.

Los medios de comunicación masivos sostienen, de manera más o menos formal o directa, la hipótesis que Cuba y Venezuela estén implicadas en el fomento a los disturbios provocados en las manifestaciones A esta hipótesis responde con temor cierta clase social asustada por el improbable espectro del así llamado Chilezuela. En realidad no ha sido encontrado ningún lazo que pueda hacer pensar a la veridicidad de esta hipótesis que la mayoría de la población define como absurda y que se suma a un periodismo que no logra superar el discurso sobre el vandalismo para enfrentar el tema en su profundidad.


Chile: un único canto.

22 octubre 2019

Es conmovedor esperar el toque de queda en la Plaza Ñuñoa y ver como, mientras muchos se retiran, otros tantos deciden quedarse. Es conmovedor ver a las adolescentes y a los mayores salir en bicicleta o a pasear el perro por su barrio. Un barrio donde nunca pasa nada: La Reina.

Es conmovedor caminar hacia la casa y saludar a compañeros que, desde sus lindos hogares, salen a tocar sus cacerolas. Es conmovedor ver un edificio con muchas personas en las ventanas tocando sus ollas, sacando trompetas, poniendo a todo volumen a Víctor Jara.

Te sientes parte de algo más grande, si en un “barrio bueno” de la misma capital donde hacen 4 días se habían quemado o dañado más de 40 estaciones de metro y más de 10 autobuses, sientes una frecuencia que es la frecuencia de la mayoría, una mayoría que no teme bajar a las plazas y exigir una nueva Constitución. Una mayoría que no se conforma con los pequeños arreglos tomados urgentemente por el Parlamento practicamente a la unanimidad, sobre la disminución del costo del pasaje del metro y la disminución de las dietas a los políticos.

El pueblo exige cambios estructurales y en estos últimos dos días se han ido conformando propuestas, desde la sociedad civil y desde las alcaldías más de izquierda o progresistas. El cambio, si procede de la misma clase política, de cualquier partido ésa sea representante, ya no es aceptable. Se pone en discusión el entero sistema capitalista tal y como ha sido implementado en Chile y se pone en discusión la manera de hacer política, en el país sudamericano que logró sacar un dictador con un referendum.

Es conmovedor ver a tantas familias de clase media no tener miedo en bajar al parque con sus hijos, en el medio de una gran masa de gente que se manifiesta y que respeta las leyes de convivencia (no hay peligro de robo, ni que las calles queden sucias y hay gente que dona agua); que apoya y es apoyada por sus conciudadanos en mantener la limpieza y el orden también sin miedo de enfrentar a los encapuchados que quieren saquear o destruir.

A la vuelta a casa en la noche, entre amistades nos comunicamos para saber que todos estamos bien. Algunos publican, otros escribimos. Si antes, el pasatiempo de muchos era jugar a videojuegos en las interminables horas de metro y micro para llegar al trabajo o volver a casa, ahora miramos las noticias de manera constante, tratando de identificar algún medio independiente que cuente la verdad.

Es feo mirar a los videos de graban los abusos indiscriminados de los militares que pegan y disparan sin motivo y con maldad a ciudadanos libres, tanto en la masa como a algunas personas de manera puntual. Es feo mirar estos videos y tratar de ver bien las caras o la vestimienta de las víctimas, esperando no reconocer a algún amigo, conocido, novios, familiares, ex, primos, hermanos. Es feo esperar algún mensaje que tranquilice y que no llega, por miles de motivos pero no llega.

Así se cerró la noche del martes 22 de Octubre 2019 en Santiago de Chile, en los barrios “altos”. Con silencios y cacerolas. Helicópteros y sirenas, tal vez de ambulancias, tal vez de policías, siguen interrumpiendo el sueño.


Espectros y propuestas. Del conflicto social a posibles vías de resolución.

21 octubre 2019

Muchos pensaban que esto se iba a calmar el domingo en la noche y que el lunes la mayoría de los habitantes habría vuelto a sus trabajos, a su día a día, quejándose por los problemas de transporte causados. Muchos pensaban que con la suspensión del alza del pasaje, la cosa se habría ido atenuando. Pero la reacción de la población que en masa decidió no respetar el toque de queda del pasado domingo 20 de Octubre ya dio la señal de que esto no se iba a acabar tan fácilmente.

Si el sábado en la noche no hubo la represión que muchos de nosotros podíamos pensar, el domingo, a partir del toque de queda, la reacción se intensificó y el lunes, frente al intento del gobierno de ripristinar el orden y la normalidad, frente a una línea de metro que inesperadamente estaba funcionando uniendo el centro administrativo con el centro de negocios, a partir de la una de la tarde, las personas (las que habían acudido) empezaron a salir de sus oficinas y cerraron las tiendas pequeñas que habían trabajado toda la mañana vendiendo pan y desayunos a la gente haciendo filas hasta en la calle.

El clima de tensión había vuelto, después de una noche de helicópteros cuando las personas resguardadas en sus casas se preguntaban qué les estaba pasando a sus compatriotas en las calles.

A las 14 horas, Plaza Italia, Plaza Ñuñoa y otros puntos de la capital estaban llenos de ciudadanos manifestando pacificamente con cucharas y cacerolas. En algunos puntos el ejército empieza a lanzar lacrimógenos para impedir el acceso a la manifestación espontánea y sin organización. Los ciudadanos poblan la Alameda desde La Moneda y para algunos es imposible trasladarse (a pié) más allá de Santa Lucía.

Siguen los cacerolazos en la tarde en la zona universitaria y en muchos barrios y comunas de la Región Metropolitana. El servicio de metro está nuevamente suspendido. Los alcaldes, sindicatos, gremios, organizaciones sociales empiezan a emanar declaraciones conjuntas y a proponer un nuevo pacto social y un nuevo orden social.

A las 20.30 el presidente hace una declaración oficial donde dice que se trabajarán propuestas para el aumento del salario mínimo, la contención del costo de bienes de primera necesidad como la electricidad y llama a la unidad para seguir adelante en diálogo.

Mientras tanto, la ciudadanía pide la renuncia del presidente y una nueva constitución, en cuanto la actual sigue manteniendo el Status Quo de los grandes poderes.

Los próximos días serán decisivos para vislumbrar cuáles de los escenarios posibles se abrirán: golpe de estado, elecciones anticipadas, nueva asamblea constituyente, pacto social. El pueblo parece no tener ninguna intención de detener la lucha hasta que serias medidas de profunda reforma del país sean tomadas y, sobre todo, hasta que estén los militares en la calle. Díficil que esta presidencia tome una decisión drástica como las que están exigiendo muchos grupos y ciudadanos: revertir el sistema capitalista. El espectro de Venezuela (se empieza a bromear sobre Chilezuela), los fuertes poderes económicos y una política de la transición que no ha hecho otra cosa que repartirse lo que quedaba al final de la dictadura y construir (o mantener) el sistema de poder simplemente cambiando los títeres son muy presentes. De la misma manera es muy presente el recuerdo de las calles en mano a los militares (no pasaba desde la época de Pinochet) y el fuerte rechazo de la población a esta medida. Una población que prefiere enfrentar a los saqueadores y violentos de manera directa para pararlos (y en algunos casos lo han logrado), que delegar esta función al órgano de represión más potente.

Mientras tanto, la lucha sigue en las mayores ciudades de Chile, no sólo en Santiago, sino también en Concepción, Valparaíso, Rancagua, Talca, Antofagasta, Valdivia, Región del BioBio en las cuales el toque de queda ha sido emanado también para la noche del lunes 21 de Octubre. A pesar de esta medida, muchos manifestantes pacíficos siguen ocupando las mayores plazas.

Hay rumores de algún cambio en los cargos de los ministros principales (economía, interior y transporte), aunque la población lo consideraría una facheta.

Cómo amanecerá Santiago y todo Chile mañana?

Siguen sonando las sirenas y los helicópteros en un día de represión organizada y sin motivo a manifestaciones pacíficas, algunas masivas y otras pequeñas, también en los barrios “altos” de la ciudad.

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